top of page

Ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial

Actualizado: 16 nov 2020

11 Noviembre 2020


AUTORES

Laura Valentina Suarez Sanchez y Yenny Alexandra Ocampo Ladino


El presente escrito tiene como objetivo exponer el contenido del libro llamado ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial de la autora Adela Cortina con el fin de analizar la ética, a partir de distintos puntos ya sean tradicionales o atípicos para adaptarlos a la ética empresarial. Por lo que es necesario empezar el desarrollo en función de la transformación constante de la sociedad que hace fundamental el hecho de examinar la ética de los valores de antaño y evaluar la práctica en las empresas de hoy en día; ya que son las responsables de satisfacer las necesidades humanas en solidaridad, dentro de un marco de justicia social que se debe coordinar los directivos.

Antes que nada, la autora, una española de 73 años quien porta el título de ser la primera mujer miembro de la academia de ciencia morales y políticas, quién también es directora de la fundación Etnor para ética de los negocios y las organizaciones; Aprecia en su libro la idea de que la ética de la empresa es un saber que planea orientar la acción humana de un modo racional en el estado de la convivencia del hombre. Y a su vez el descubrimiento de la aplicación de los valores y las normas compartid(a)s por una sociedad pluralista al ámbito peculiar de la empresa, lo que requiere entenderla según un modelo comunitario. Sin embargo, Las personas son el componente ético que constituyen una empresa y es el carácter no es más que una herramienta para formalizar esta constitución.

Como se dijo anteriormente, la ética parte de distintas tradiciones; y es allí, que al hacer referencia a lo ético se interpreta como un saber que ofrece las orientaciones básicas fundamentales para las acciones éticas, donde la filosofía moral exalta las reflexiones sobre los diversos campos éticos, además de los distintos modos de justificar la vida moral que se orienta de manera indirecta. Esta concepción resulta ser la más razonable para guiar comportamientos donde se encuentran elementos como: mandatos, prohibiciones, permisos y pautas de conductas que llegan a ser contradictorias con otras posturas morales.

Por otra parte, se habla de la información de la empresa que hace parte de la sociedad, por lo tanto, su ética debe asumir los valores propios de una ética cívica. Por lo que refiere que las creencias que se tengan, deben someterse a colaborar lealmente en búsqueda de la perfecta armonía entre los grupos sociales a los que se pertenezca. Además, la ética cívica se caracteriza por la ética mínimos, que es aquella en la que conviven personas y grupos que se proponen distintas éticas de máximo, por lo que ninguno puede imponer un modelo determinado de felicidad donde se encuentr(e)n contenidos valores de libertad, igualdad, solidaridad y derechos humanos.

Es imposible una ética empresarial sin una ética cívica ya que cada organización debe encarnar valores y respetar derechos que son determinados según su actividad y la de sus bienes internos. La moral cívica será plural y heterogénea por lo que tendrá que contar con los mínimos comunes y con los valores que resulten de la modulación de los mínimos en las distintas actividades. Por lo tanto, no es posible una ética cívica sin una ética empresarial. Las organizaciones remoralizan la sociedad y ponen en forma sus actividades ya que además de las responsabilidades, están sumidos a las exigencias.

Por otro lado, se exponen temas en el marco económico en el que nace la empresa moderna (el capitalismo); por lo que se hace un intento de extraer las consecuencias para el funcionamiento ético de la empresa, donde se siguen distintos métodos para entender la ética del capitalismo. Y es aquí Donde se encuentra una teoría de capitalismo y de la empresa moderna en la que se involucra el estado para institucionalizar la racionalidad y los derechos que asocian la libertad.

La moralidad del capitalismo se hace patente en el hecho de que amplía la libertad individual en la distribución de bienes, ya que los consumidores se comportan como soberanos y la producción se orienta por la demanda; esto hace necesarias instituciones y normas debido a que el mercado puro no puede por sí mismo constituirse una sociedad. Este orden de ideas se basa en la capacidad para mediar la múltiple y en ocasiones diversa continuidad de fines individuales que forjan la conexión entre la libertad moral y económica.

En el cuarto capítulo se presenta el nacimiento y desarrollo de la ética empresarial, además de sus diversos modos de entenderla. La ética empresarial surge a mediados de los años 70 con ayuda de pensamientos tayloristas; a lo largo tiempo se define esta por sus finalidades y valores que la identifican, al igual que su cultura. Esta se instaura a través de las relaciones internas y externas de la empresa, además, con ayuda de una buena ética de dirección y de gestión le permite evolucionar al contexto de una ética empresarial como concreción de una ética cívica.

También, se examina el comportamiento ético del directivo, en este se contiene información acerca del liderazgo empresarial como liderazgo moral, ya que este no solo se reduce al estudio del carácter directivo sino también al estudio de la integridad y de deseables virtudes personales; que se pueden orientar y conformar en actividades profesionales, para así mismo llevarlo a una transformación de una cultura empresarial.

Por otro lado, Adela se refiere a un modelo de asesoría ética en las empresas, como si de una reflexión se tratase, que no dice cuáles son las razones por las que debemos actuar de una forma establecida y no de otra. El sujeto no se somete a las normas por el miedo al qué dirán o por la coacción de su validez, en razón de su legitimidad de carácter justo. Esta adhesión subjetiva es lo que solemos denominar libertad. En consecuencia, el objetivo de la ética como filosofía moral no es otro que el de la libertad. No obstante, la asesoría informativa se centra en la mediación del saber técnico, en los medios y métodos de la realización de objetivos; la asesoría normativa se dirige hacia el planteamiento de objetivos y de fines, con referencia a las normas sociales, sumados a los principios morales que rigen su validez.

Esto implica que una buena decisión empresarial no debe tomarse atendiendo solo a leyes técnicas, sino también lo debe hacer con respecto al marco social y humano en el que se inscribe. La complejidad de los mercados actuales exige una gran flexibilidad y capacidad de innovación en los comportamientos de relaciones empresariales más allá de la información estrictamente jurídica. Para ello el derecho se encuentra ante problemas de tiempo y situación, es decir, las soluciones jurídicas exigen un elevado costo en las variables tiempo y dinero. A su vez la regulación jurídica presenta déficits de aplicación, esto es, una rigidez y formalidad que deja fuera toda circunstancia particular.

Sin embargo, el derecho presenta una gran cantidad de vacíos legales en los ámbitos no estructurados jurídicamente y que requieren una regulación normativa. El derecho positivo no tiene por qué ser inmediatamente justo, pues pueden existir asesorías legales, jurídicamente correctas y que, sin embargo, se dirijan directa o indirectamente contra la dignidad humana o contra el medio ambiente. Pero entre más complejas son las empresas y sus entornos sociales, más grandes son los ámbitos en los cuales los mecanismos de control habituales pierden eficacia y gana importancia la obligatoriedad de los estándares morales. Además, la capacidad del hombre en separar entre las normas vigentes en nuestra sociedad y aquellas que merecen el calificativo de justas o correctas; suele denominarse nivel posconvencional de la conciencia moral, porque representa la capacidad cognitiva que tenemos, teórica y práctica, dado que se busca ir más allá de las normas sociales, sean estas tradicionales, religiosas o jurídicas.

No obstante, el principio de universalización que se expresa del siguiente modo: una acción, norma o institución es justa o correcta cuando puede ser aceptada por todos los afectados en un dialogo libre y simétrico. Desde este punto de vista, la ética puede ser definida igualmente como una lógica de la argumentación práctica. Por eso, una empresa que quiera subsistir en las condiciones actuales de mercado no puede concebirse como una empresa burocrática, sino como una empresa corporativa dado que la diferencia en que las primeras (empresas burocráticas) están estructuradas mediante imposición de reglamentos o cualquier tipo de referencias legales, esto es, a través de normas como regulaciones concretas de la acción. Mientras que las segundas (empresas corporativas) lo están con respecto a valores, orientaciones generales de la acción, a partir de las cuales pueden construirse comunicativamente las normas que definen la coordinación dentro y fuera de la empresa.

Además, este tipo de empresas permiten el grado de flexibilidad, la capacidad de innovación, de imaginación y de responsabilidad que un mercado altamente diferenciado y complejo exige. Teniendo en cuenta la aportación del especialista ético consiste en una determinada configuración de estos valores básicos, de modo que sepa combinar las exigencias morales que se derivan de la necesidad de legitimación con las características propias de cada una de las empresas. Para ello, los códigos éticos deberían expresar tres componentes básicos: filosofía, cultura y política empresarial.

Por otro lado, los inversores son lo que reciben una parte onerosa de la empresa dado que la ven como un negocio, acción poco inteligente, por no verla como lo que es, un grupo humano; interesarse por ver el bien de la empresa e involucrarse en la toma de decisiones son características a agregar para los inversores. Dado que las empresas que tienen mayor confianza tendrán mayor viabilidad, por ello se deben interesar por dejar a un lado el comportamiento individual y velar por los intereses de la empresa, que, en conclusión, son suyos.

La finalidad de la empresa es satisfacer necesidades humanas a través de la obtención de beneficios, pero hay que ofrecer artículos que satisfagan las necesidades de las personas. La ética es de las personas y, la ética empresarial es de la actividad de estas. Para desarrollar la actividad se debe pensar en cuáles son las metas, pero todo esto es de las personas y de la organización, por eso es importante recordar que el lado humano es el que debe tener ética.

Finalmente, la persona es valiosa por sí misma y no debe entrar en una colectividad donde tomen decisiones por ella. El individualismo posesivo es la teoría que piensa que cada uno es dueños de sus facultades y del producto de dichas facultades sin deberle nada a la sociedad, por lo cual, lo que obtenga cada persona es de ella sin importar cómo lo haya conseguido y es ese aspecto es el que le brinda el reconocido triunfo a esta ética individualista. Además, es difícil pedirle al ser humano que muestre determinados grados de solidaridad ya que esta llega hasta donde cada persona ve que pueda afectar negativamente.


CONCLUSIONES

Es un libro que quiere aumentar la colaboración en el ámbito empresarial con resultados de un esfuerzo colaborativo donde se busca presentar las claves de una ética y una rentabilidad en que la eficacia no esté compitiendo con la equidad. Y de tal forma pretende mostrar una perspectiva capaz de tener en cuenta la preocupación ética o moral y el desarrollo de las empresas y organizaciones.


APRECIACIONES PERSONALES

Nos pareció un libro muy interesante puesto que se fija tanto en lo individual y lo social, además se obtienen contenidos y puntos de vistas que influyen mayor parte de la ética empresarial ya que existen factores que afectan la eficacia de las empresas y los individuos, fijándose en un bienestar para los colaboradores mejorando significativamente la imagen corporativa de las organizaciones, la capacidad de respuesta y el nivel de competencia. Existe muy buena información en este libro ya que todo lo que se presenta es para beneficios tanto colectivos e individuales

Dado que es fundamental también aplicar la responsabilidad social porque es parte de la ética para tomar a la persona como un fin en sí mismo. A través de esta se puede intentar cambiar el fenómeno de la globalización de ahí que las empresas y organizaciones si no se responsabilizan no habrá cambio en la globalización, para ello las instituciones políticas tienen que cumplir por lo menos en satisfacer los derechos humanos de primera y segunda generación de acuerdo a sus ciudadanos: libertad expresión, aceptación, reunión, desplazamiento, derecho a ser defendidos, derecho a un ingreso básico, atención sanitaria, educación de calidad, derecho al empleo, a la jubilación. Pero esto es lo mismo. La economía tiene que ser ética, pues tiene por meta crear riqueza y crear una buena sociedad.

Cortina Orts, A. (2008). Etica de la empresa (8th ed.). Madrid: Trotta.



Publicar: Blog2_Post
bottom of page